Bastaron 120 minutos de caminata veloz por la Avenida Paulista antes de que sea la hora del taxi. Mi teléfono no tenía datos de internet, así que no tenía GPS. No podía darme el lujo de perderme, de modo que salí con la consigna de hacer un trayecto en L, ida y vuelta.
No se como será de noche, pero de día la Avenida Paulista es un gigante que alberga rascacielos, edificios y autopistas encendidas por un parque automotor que circula a gran velocidad pero no suenan las bocinas como si puede ser en Buenos Aires o Lima.
Esta esa una zona bancaria y de empresas multinacionales que. conviven con locales de indumentaria y pequeños bares para consumir al paso un licuado de ananá o uma cerveja skol bem gelada.
A pesar de que solo fueron solo unas horas en esta gran ciudad, el hecho de salir con la cámara en mano hizo que pueda conocer este destino y tener la certeza que como mínimo hay que estar unos 5 días para sacarle provecho.